10 consejos para escribir mejor en prosa
Escribir en prosa es la manera más natural y empleada a la hora de contar nuestras historias. La prosa, a diferencia del verso, no está limitada por una estructura de rima o ritmo, lo cual produce un efecto más cercano al lenguaje hablado y por consecuencia una mayor fluidez en la comunicación.
Pero no por «hablar bien» signifique que ya se escriba bien en prosa. Es necesaria una práctica constante y un conocimiento básico sobre el lenguaje para poder aprender a expresarnos de la mejor manera posible.
Son muchísimos los consejos sobre cómo mejorar tu escritura en prosa, pero en este artículo quiero compartir contigo los diez consejos que más me han ayudado en esta disciplina que requiere tanto esfuerzo y que recompensa de manera tan gratificante.
- Cuando escribas prosa no la satures con adjetivos
- El verbo es el centro
- Evita las palabras enrevesadas al escribir prosa
- Bueno, breve y natural
- Atribución: identifica al hablante
- Usa todos los sentidos al escribir en prosa
- Utiliza tus propias metáforas
- Al escribir prosa mide la puntuación como si te fuera la vida en ello
- Huye de la repetición
- La historia es más importante que la forma
1. Cuando escribas prosa no la satures con adjetivos
Uno de los errores más comunes entre los escritores noveles es usar demasiados adjetivos. Se cree erróneamente que cuantos más adjetivos es mejor y que le da más color y nitidez a la imagen que se quiere mostrar en la cabeza del lector. Pero lo cierto es que se produce el efecto opuesto: el lector se pierde entre demasiados adjetivos y al final le saturan sin quedarse con ninguno.
Utiliza los adjetivos de manera precisa. Usa unos pocos y así el lector los recordará con más fuerza. El adjetivo tiene que ser lo más concreto y resaltar entre el párrafo para que tenga el efecto deseado.
Recuerda que escribir no es sólo describir. Escribir es evocar, asociar ideas diferentes con las palabras y conjurar imágenes nuevas a través de la ficción. No te centres sólo en describir, evoca lo que quieres transmitir con algo más que los adjetivos.
2. El verbo es el centro
Conectando con el punto anterior, debemos mostrar con algo más que adjetivos. Y la mejor manera es centrándonos más en el verbo que en el adjetivo.
En las historias suceden cosas. Hay motivaciones y conflictos en constante movimiento, y eso se produce por las acciones, es decir: los verbos. Su importancia es vital y sin embargo tendemos a dejarlos de lado para centrarnos en la descripción. Gran error.
La acción es más importante que la descripción, dirige al lector hacia la misma dirección en que se mueve el protagonista y establece la autoridad. El verbo es físico, es dinámico, está vivo y despierta en nosotros una acción mental que nos imaginamos a la perfección. Por ello es importante señalar cuál es el verbo principal en las escenas y el peso que conllevan.
3. Evita las palabras enrevesadas al redactar prosa
Es muy fácil querer demostrar nuestro amplio vocabulario y conocimiento lingüístico, creyendo que cuantas más palabras complicadas pongamos sobre el papel mejor literatura estamos escribiendo.
A menos que queráis quedar como unos pretenciosos, evitad el uso indiscriminado de palabras enrevesadas. Además de que la mayoría de lectores no van a conocer las palabras que estás utilizando, rompen el flujo de la historia con palabras que, en la gran mayoría de los casos, son innecesarias.
Por supuesto eso no significa que no debas usar palabras más complejas. No debes de tratar a tus lectores como si fuesen estúpidos. Pero de nuevo, esto hay que hacerlo con moderación y con un claro propósito (un personaje que habla de una manera muy rimbombante, alguien con un lenguaje muy técnico que quiere alinear a los demás, etc.) Si lo haces que sea con una razón, pero si todo el libro está escrito así no lo va a leer nadie.
4. Bueno, breve y natural
Muchas veces al escribir prosa nos quedamos atascados en una frase que no funciona. Buscamos mil maneras de expresar algo pero forzamos que sea innovador o complejo. En estos momentos recuerda uno de los principios básicos del escritor: «Si puedes decirlo de manera sencilla no lo digas de manera complicada.»
No compliques una frase. Escríbela en su forma más sencilla y pura. ¿Qué es lo que quieres decir y transmitir? Busca el sustantivo, el verbo y (quizás) el adjetivo. Una vez te centres en lo básico te darás cuenta de la belleza de lo simple. Y si te fijas en tus novelas favoritas veras que no utilizan frases tan rebuscadas como creías, es sólo que saben utilizar las palabras correctas en el lugar correcto en el momento correcto.
Si sobra una palabra: bórrala. Si puedes decir una cosa en vez de tres: cámbialo. La economía del lenguaje es importante, juega con la musicalidad de las frases cortas y largas. Mide con atención las palabras que utilizas, como si sólo tuvieras un puñado para expresar tu historia. Pronto apreciarás mejor cómo construyes tus frases.
Y ojo, expresarse con sencillez y naturalidad no significa que tenga que ser aburrido. Significa que sabes expresarte sin rebuscados métodos y frases con florituras.
Como decía Albert Einstein: Si no lo puedes explicar de forma sencilla, es que no lo has entendido bien.
5. Atribución: Identifica al hablante
La atribución nos indica quién es el que acaba de hablar en un diálogo, algo muy importante para tener identificado al hablante. Pero la manera en que lo hacemos muchas veces se limita a decir «dijo» seguido del nombre del personaje.
Expande las posibilidades de la atribución. Inserta acciones, gestos y descripciones que enriquezcan el diálogo y aporten información a la escena o al personaje, no dejes que simplemente sea una señalización, juega con la atribución para mostrar algo más allá del propio diálogo.
Las pausas entre un diálogo pueden aportar también mucho a la atribución. Ese golpe de ritmo vacío crea tensión, hace aumentar la atención. No es lo mismo decir «Espera, lo haré yo» que «Espera» dijo Jack con la mirada todavía baja. «Lo haré yo.» Esa pausa dramática no sólo potencia la atribución sino que la enaltece con su ritmo. Identifica al hablante con algo más que “dijo”. Pon pausas, verbos, descripciones etc.
Irónicamente, se pensaría que lo suyo sería utilizar toda clase de verbos en vez de sólo los del habla (dijo, preguntó etc.) como puede ser interrumpió, vociferó, escupió, molestó etc. Pero en realidad utilizar constantemente este tipo de alternativas cortan mucho el ritmo del diálogo y acaban estorbando. No los utilices constantemente, utilízalos con un cuentagotas para resaltar.
6. Usa todos los sentidos al escribir en prosa
Curiosamente este consejo lo aprendí cuando era un Dungeon Master del conocido juego de rol de Dungeons & Dragons (Dragones y Mazmorras). Al tratarse de un juego donde la imaginación es el factor principal, era necesario describir con cuidado las escenas para que los jugadores se vieran inmersos en la historia. Y una de las técnicas era describir a través de todos los sentidos: gusto, tacto, oído, olfato y vista.
Tendemos naturalmente a centrarnos en el aspecto visual, al fin y al cabo la vista es nuestro canal principal para procesar información. Pero no se debe subestimar la importancia del resto de sentidos, todos ellos tienen un poder de evocación increíble, y sólo tienes que fijarte en la de recuerdos que se despiertan en tu memoria cuando hueles un olor conocido de tu infancia o saboreas un condimento exótico de un antiguo viaje que realizaste.
Por ellos cuando describas no dejes de lado el resto de sentidos. Céntrate en uno con cada descripción (sería contraproducente saturar usando los cinco a la vez) y crea sensaciones nuevas y conocidas en tus lectores cuando escribas en prosa.
7. Utiliza tus propias metáforas
Decía el escritor George Orwell que nunca deberíamos usar una metáfora, símil, u otra figura de intervención que estemos acostumbrados a leer. Las expresiones que son utilizadas por todos no aportan nada nuevo, no cambian nuestra manera de percibir las cosas ni nos enseñan algo nuevo sobre el personaje.
Y ese es el punto principal: las metáforas y expresiones que utilizamos tienen que ser un reflejo del personaje, de sus vivencias, emociones y pensamientos. No escribas sobre un personaje, escribe dentro de un personaje. Si lo consigues, la manera en que ve el mundo se verá reflejado en sus descripciones.
Una frase que me viene mucho a la cabeza es la siguiente: «Todos los escritores tienen que tener una vena de poeta.» La poesía es una disciplina que todo escritor debería practicar en cierta medida, pues enriquece el mundo personal y su expresión. Lee mucha poesía, empápate de las palabras de los maestros y los desconocidos y aprende de cómo formulan sus maravillosas metáforas.
8. Al escribir prosa mide la puntuación como si te fuera la vida en ello
Es fácil dejarse llevar por el entusiasmo y la inspiración de querer escribir la historia y acabar descuidando el aspecto más formal. ¿Para qué necesito sintáxis si lo que quiero es contar una historia? Es algo que sinceramente me pregunto muy a menudo.
Pero una buena historia no es sólo lo que contamos sino también el cómo. Y la puntuación es uno de los aspectos más fundamentales en su ejecución.
Piensa en lo mucho que puede cambiar una frase con una coma en un mal sitio, o un punto que corta el ritmo, o el mal uso de los puntos suspensivos. Todos estos signos de puntuación marcan la manera en cómo leemos, y es que una buena frase puede ser destruida con un uso indebido de la gramática. Y al revés, una buena puntuación potencia el lenguaje hasta límites insospechados.
Lee en voz alta. Escucha el ritmo de lo que has escrito. Siente la musicalidad. Experimenta con la puntuación hasta encontrar el estilo que haga brillar las palabras. La puntuación no es tu enemiga: es tu aliada.
9. Huye de la repetición
La repetición es un recurso que si se usa correctamente puede dar mucho juego y belleza al lenguaje (amáforas, pleonaso, epanadiplosis) etc. Pero en la gran mayoría de casos repetimos recursos y palabras sin una intención concreta, y eso es precisamente con lo que tenemos que tener cuidado.
Es normal que el ser humano se acabe repitiendo al buscar palabras en los rincones de su mente. Esas repeticiones pueden aparecer como expresiones («Como si de X se tratase» era una que repetía mucho en mi primera novela), gerundios y adverbios terminados en -mente (elocuentemente, lentamente, trascendentalmente) e incluso con los conectores (sin embargo, en cuanto que, es decir). Repetimos constantemente palabras sin darnos cuenta, y por ello es necesario un proceso de edición para corregir este error.
Otra manera de resolver la repetición al escribir prosa es leyendo mucho y aprendiendo una nueva palabra cada día. Al introducir nuevo vocabulario de manera constante hace que se evite el estancamiento de palabras, creando nuevas sinapsis cerebrales que nos permitirán esquivar de la repetición.
10. La historia es más importante que la forma
Siempre me gusta terminar este tipo de artículos planteando una contradicción después de todo lo expuesto: al escribir prosa la historia es más importante que la forma.
Como he mencionado anteriormente, la ejecución de la historia es muy importante para que esta nos llegue de la mejor manera posible. Y es que una buena historia puede ser destruida completamente con un lenguaje pobre o mal llevado.
Pero recuerda que no estás escribiendo sólo para crear un lenguaje bello: estás escribiendo para contar una historia que sea recordada por tus lectores. Y la gran mayoría no se acordarán por su lenguaje, sino por la huella emocional que la historia ha dejado en ellos. Una historia con un lenguaje bonito es apreciada, pero una historia interesante es recordada.
Por ello, no te obsesiones sólo con la forma al escribir prosa: obsesiónate también en contar una gran historia. Una que acabe viviendo en la memoria de sus lectores por muchos años y se torne inmortal.
«No escribas para ser amado. Escribe para ser recordado.»
Hay muchos consejos para escribir prosa ahí fuera en el mundo. Busca más por tu cuenta, utiliza los que te funcionen y crea tus propios consejos. Al final no todo está escrito en piedra, las reglas pueden ser transformadas. Lo importante es que la historia sea interesante.
Pero si hay un consejo que recomiendo encarecidamente es que empieces a aplicar todos estos principios a través de escribir historias cortas. Es la manera más efectiva, divertida y gratificante de aprender. En mi artículo sobre cómo escribir historias cortas te lo cuento con más detalle.
Ejemplo de cómo escribir prosa en mi historia corta «La costilla del último hombre» Intenta identificar los diez puntos mostrados:
Dicen que Dios creó a la mujer a partir de la costilla de Adán. Pero yo sé realmente lo que hizo con esa costilla. Sí, sólo yo lo he averiguado tras largos años de búsqueda por cada recoveco y agujero del mundo alejado de la despiadada mano de su creador.
Dios creó el Mc Rib con esa costilla, pues sólo una carne de directo origen divino puede ser tan sabrosa y jugosa.
«Salsa eres,» sopló Dios en la boca de Adán, insuflándole de la más deliciosa vida. «Y en salsa te convertirás.»
Aún recuerdo la última vez que probé el Mc Rib. Mi padre conducía su traqueteante furgoneta de abandonado rojo y mi estómago rugió junto a las ruedas. Mi padre, dándose cuenta de aquel nuevo sonido, asintió sin dejar de mirar la carretera y se detuvo en el Mc Donalds más cercano. Pidió a través de la ventana dos menús Mc Ribs, y como por arte de magia las palabras se hicieron carne.
Suave, dulce y esponjosa carne.
Dios mío, dios, ¿Por qué me has abandonado? Si hubiera sabido que esa habría sido la última vez habría guardado un divino trozo de ti para recordarlo jamás. Pero ahora te has ido y no quieres volver.
Pero no me rindo. Te acabaré encontrando.
Nos vemos en el siguiente artículo. Hasta entonces, pase lo que pase, sigue escribiendo.
Tu post me ha ayudado enormemente. Me encuentro aprendiendo a escribir prosa, aunque aun me hez difícil. Pero con tus palabras y descripción sobre como hacerlo pero ayudo mucho. Al final, tus palabras me llegaron a mi corazón, me encuentro en momento eficaz emocional y tus ultimas palabras de a pesar de todo debo seguir escribiendo aunque no sea lo sufrientemente buena. De nuevo, gracias por subir tan maravilla y haber enseñado a una simple escritora como yo. Saludos desde Argentina. ❤
Abigail, un millón de gracias por tu comentario. Es una alegría saber que estos artículos te están ayudando no sólo a aprender a escribir sino también a motivarte para hacerlo. Es importante reconocer que ningún maestro escritor empieza sabiéndolo todo, todos han tenido que empezar en la misma primera casilla de aprendizaje. Estás dando los primeros pasos para escribir y eso ya es algo de lo que estar orgullosa. Recuerda: tus historias importan, tú importas. Que escribas grandes historias, Abigail. Gracias por tu mensaje.
No se nada sobre poesia pero el punto que has hecho me ah interesado mucho, me apuntare en un curso tan pronto como pueda, gracias por tu articulo!
¡Muchas gracias por tu interés, Catalina! De momento puedes encontrar mi principal curso en la plataforma Udemy en este enlace:
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Para lo que necesites no dudes en contactarme. ¡Muchas gracias y ánimo con tus maravillosas historias!